El cuidado por el otro o los otros, surge de la capacidad de empatizar, fraternizar con las necesidades de los demás. Nace de la capacidad del ser humano de servir y ser feliz sirviendo, incluso a los que no son cercanos para contribuir al bienestar individual y social con una asistencia más o menos especializada, pero siempre con buena voluntad.
El autocuidado, en cambio, es un gesto de consciencia hacia uno mismo, de analizarse, observarse, de cuidarse y, por tanto, quererse. Es un diálogo comprensivo con uno mismo. Es ser conscientes de cada acto que realizamos, evaluando evaluando el impacto y las implicancias.
Reconocer nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales es el primer paso para poder entregarnos a nosotros prácticas que nos cuiden...
Alfredo Cabrera Olguín, psicólogo infanto-juvenil, del Dpto. de Convivencia Escolar del ACSH, nos ofrece algunos elementos importantes a considerar, con respecto a estos temas. Invitamos a ver esta cápsula preparada con mucho cariño para toda la Comunidad Australian College.
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